Por ahora, la mediocridad del fútbol guatemalteco es otro síntoma de la patología social del país. Jugadores, técnicos, directivos (eufemismo de uso corriente para "delincuente institucional”). En fin, hasta los periodistas deportivos de medios impresos, narradores radiofónicos, presentadores y comentaristas de televisión, salvo escasas excepciones, contribuyen con su voz y sus palabras a la formación de un deplorable murmullo de afirmaciones sin fundamento.
Y tan bello que puede ser el fútbol, con sus exteriores populares, sus corazones tristes y alegres, sus triunfos y sus derrotas sin pasado...
(svp 2011)
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