abril 17, 2010

UNO DE LOS DOS CARLOS GUATEMALTECOS MAS QUERIDOS EN MEXICO...

(Foto: SVP, Ciudad de Guatemala, Zona 3, 2009) Suele andar entre las cosechas de la historia y la amistad. Algunos lo recuerdan como el guardian de la verdad, otros como el último representante genuino de las promesas modernizadoras de Arbenz, desde las trincheras poéticas del grupo SAKER TI. Nunca le hace falta una sonrisa y un gesto de reconocimiento humano. Es Carlos Navarrate, historiador, cronista literario, guionista involuntario de cine histórico, conversador incansable... (Post Scriptum: el otro Carlos querido fue el poeta Illescas, cimiento de la poesía y la honestidad intelectual en ambas orillas del río Usumacinta. Y existen otros Carlos guatemaltecos en México, que han hecho aportes a la cultura y conquistado afectos. López, el editor, es uno de ellos).

abril 02, 2010

EL RECUERDO DE ROBERTO MONZON, POETA URBANO MUY QUERIDO.

¿QUE ES DE MI REALIDAD, QUE SOLO TENGO LA VIDA? (f. pessoa). Roberto Monzón Morales, nació en 1953 y falleció en Ciudad de Guatemala el 10 de abril de 1992, en viernes de dolores. Es considerado el primer literato de poesía urbana de Guatemala: la ciudad y la angustia fueron los principales motivos de su escritura. (Julio mendizabal G.) En sus "Ediciones clandestinas" y "Ediciones de la doble sercha", reunió cientos de poemas, decisivos para entender a una generación que abrazó como pocas la plenitud existencial y entregó la vida por la utopía de la igualdad. HOY vemos y nos vemos como el total de todo y aqui ante nuestros ojos y fuera de la idea los actos y los hombres y las cosas penetran desgarrando hasta borrar la indiferencia las cosas del mundo las obras de los hombres el dolor propio y el ajeno NOSOTROS (Roberto Monzón, PREFACIO, 1977. Primeros poemas públicos impresos).

abril 01, 2010

A INICIOS DE 2010, EN CASA DE ANA MARIA PEDRONI...

Con su nieto, Emiliano Valdés Melendreras... (Tras su partida, Ana María nos recuerda que pese a las complicaciones de la historia, existe mucha gente sensible y que la vida puede ser un lago en el que vale la pena sumergirse, sin temor al olvido o el abandono. Las múltiples voces que hoy lamentan su partida y brindan por su generosidad intelectual y solidaridad humana, son la prueba irrefutable de ello).