1. La editorial argentina Homo Sapiens, publicó recientemente una antología de José Pedroni preparada en Guatemala por Ana María, hija del poeta y madre mía. Supe de buena fuente que el libro tuvo éxito en la feria del libro, y lo sigue teniendo en las librerias del país de Borges, Pizarnik y Spinetta (que no es roquero sino poeta...).
Al preguntarle sobre las razones de aquella vigencia, Ana María dijo que a diferencia de otros escritores argentinos memorables, su padre supo tocar las fibras íntimas del corazón y la memoria del pueblo, que lo sigue cantanto, a veces creyendo que se trata de versos anónimos sin tiempo...
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2. Fragmento de "prólogo imposible a José Pedroni".
¿Cómo descubrió Pedroni al poeta que llevaba dentro?, ¿cómo lo descubrió el tímpano sensible y maltratado del pueblo, origen y destino de su inspiración? La verdad de la poesía se borra en la medida que se la empuja hacia el fango de las certezas o hacia el desierto de la historiografía y la crítica periodística. Pedroni fue descubierto como poeta mucho antes que los críticos lo utilizaran para encumbrarse como tales, o se atribuyeran como propias imágenes que nacieron compartidas... En otras palabras, Pedroni primero iluminó a los albañiles de Esperanza, a los carpinteros de Gálvez y a los viejos inmigrantes europeos -cuyos ojos pendían del árbol del olvido hasta que apareció su poesía-, que a los exegetas profesionales y a las "mejores plumas críticas del momento". Estudiado como lírico, reivindicado como épico, proclamado poeta social... Una cosa es cierta: Pedroni perdura porque en sus versos anidan las metáforas que destierran a la indiferencia en favor del porvenir. Sergio Valdés Pedroni.
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3. Motivado acaso por una nota de prensa que dio la vuelta al mundo, José Pedroni escribió una suerte de poema urgente sobre Guatemala, que si bien no es representativo del vuelo que alcanzó su obra (Gracia plena, Cantos del hombre, Canto a Cuba, El nivel y su lágrima, etc.), evoca un momento significativo para la historia de este "hermoso y maltratado rincón de América". Las referencias del poema son obvias...
El niño de Guatemala
Te prometí una canción:
“Tu vestido en los caminos”,
Quién sabe cuándo la haré.
Llevo en brazos, muerto, un niño.
Con una fruta en la mano:
con mi corazón mordido.
Han dejado al árbol solo.
Afuera está solo el río.
Sin árbol, sin sol, en cuevas
las madres se han escondido.
Dentro de una nube blanca
Está el avión mata-niños.
¡Tan lindo el cielo inocente!
azul como tu vestido,
con su día de palomas,
con su noche de berilos.
¡Tan lindo el cielo inocente!
Por la ventana lo miro.
Tiene derecho y revés.
Me acuerdo de tu vestido.
Pero llevo un niño muerto.
No es rubio ni es morenito.
Dios me lo ha puesto en los brazos.
De todo el mundo es el niño.
Con una fruta en la mano,
muerto lo llevo, y es mío.
1954.
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(Niño chortí, svp)